En estos cuatro años, tanto el
consejo rector anterior como el presente, no hemos parado de ir haciendo cosas;
y más aún las que nos quedan por realizar. Pero llega un momento donde el
dinero no es lo necesario para seguir avanzando… en este momento es donde
necesitamos la ayuda de ustedes, los SOCI@S.
Ya ha llegado la hora de apostar
por la recolección temprana de nuestra aceituna y por la calidad
y la diferenciación de nuestros aceites. No se trata de un capricho sino
de una necesidad para la supervivencia y rentabilidad de muchas de nuestras
explotaciones.
Las manifestaciones están muy
bien y son necesarias, pero no todas las soluciones pueden venir de la
política; tenemos que empezar cambiando las cosas que seamos capaces y dependan
directamente de nosotr@s mism@s.
Como he dicho anteriormente, esto
no se trata de un capricho, por lo que voy a dar algunas razones que avalan
nuestra petición de recolección temprana.
En primer lugar se encuentra el
mercado. Las tendencias van cambiando y estamos en un momento donde los
compradores demandan aceites más frutados y frescos. Puedo poner un ejemplo
para aclararlo… si nosotros fabricáramos zapatos planos pero el mercado
demandara zapatos de tacón, aunque fuésemos los mejores fabricantes de zapatos
planos del mundo dejaríamos de tener mercado para venderlos y dejaría de ser
rentable su fabricación.
En segundo lugar tenemos que
tener en cuenta las superproducciones que existen. Debido a la plantación
masiva de olivar superintensivo tanto en España como en otros países, los
excedentes de aceite de oliva están más que asegurados, salvo catástrofe
meteorológica. A igualdad de calidad, el comprador se decantará por la opción
más económica y ahí, el olivar tradicional jamás podrá competir con las nuevas
técnicas de cultivo. Es por ello por lo que debemos buscar la mayor
diferenciación y calidad posibles.
Además, en estos tiempos de
superproducciones y grandes excedentes, la diferencia en los precios de las
distintas calidades es muy exagerada. Hablamos de un precio de 2,10 €/kg para
un aceite de oliva virgen extra frente a 1,65 €/kg de un aceite lampante. Y
probablemente, tanto unas aceitunas como otras tengan similares gastos de
producción en tala, abonado, tratamientos fitosanitarios, … Este puede ser un
punto clave para la rentabilidad de una explotación.
En tercer lugar hay que reseñar
que es bien sabido que la recolección tardía de la aceituna tiene influencia
directa en la siguiente cosecha. Únicamente con este argumento podríamos
justificar económicamente la necesidad de recolección de la aceituna en su
momento óptimo de madurez. Está demostrado que la principal causa de vecería es
el mantenimiento del fruto en el árbol durante más tiempo del necesario. Hoy
día ya no tiene sentido tener cosechas del 100% un año y del 10% otro; es algo
totalmente antieconómico.
Otro aspecto importante para
resaltar es el tema de las plagas. Cada campaña existen menos productos contra
las plagas y cada vez estos productos son más inocuos. Cuanto antes se recoja
la aceituna, menos afección producirá la plaga al aceite obtenido. No produce
el mismo aceite una aceituna picada de mosca que se encuentre en estado inicial
larvario que una aceituna donde ya se encuentre afectado hasta el hueso, e
incluso se haya caído al suelo.
En otro orden de temas, una
situación que cada vez va a cobrar más relevancia es el tema de las orujeras.
La administración medioambiental tiene muy restringida la construcción de
balsas de almacenamiento. Esto quiere decir que cuando se llenen las balsas,
habrá que llevar el orujo mucho más lejos, con el consiguiente incremento de
gastos, o incluso habrá que parar las almazaras hasta que vuelva a haber
cabida. Cuanto más temprano recojamos nuestras aceitunas, menos probabilidad de
problemas de cabida encontraremos para nuestros orujos.
Además de estas razones que
avalan claramente la necesidad de la recolección temprana, hay otra serie de
motivos más técnicos que influyen a la hora de la venta del producto. En el
aceite de oliva se analizan cientos de parámetros para ver su calidad. La recolección
tardía ayuda mucho al desarrollo de ciertos parámetros negativos como por
ejemplo los esteres etílicos y también ayuda a la bajada de otros parámetros
positivos como serían los niveles de polifenoles.
Es cierto que nosotr@s somos productores, también es cierto que, aunque estemos luchando por aumentar el volumen comercializado de aceite envasado seguimos siendo graneleros. Pero eso no es motivo para no producir los mejores graneles que podamos. Tenemos unos terrenos más que propicios para este cultivo, tenemos una variedad de castas envidiable, ahora “solamente” nos queda tratar bien el producto y recogerlo en tiempo y forma.
Esta es la curva típica de recolección de aceituna en nuestra cooperativa y la curva habitual de calidades en un año normal
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Zona 1 -> Corresponde a las aceitunas
recolectadas aproximadamente hasta el 30 de noviembre. La cantidad molturada es
pequeña, pero de una calidad altísima. Además, los gastos son medios, pese a la
escasa molturación debido a que todavía no se ha contratado a todo el personal.
Es la zona más rentable.
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Zona 2 -> Corresponde a las aceitunas recolectadas
aproximadamente desde el 1 de diciembre hasta mediados de febrero. Aquí es
donde se moltura la mayor cantidad de aceitunas. La calidad va decreciendo conforme
pasa el tiempo. Esta es la zona donde los gastos son mínimos debido al gran
volumen de aceituna.
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Zona 3 -> Ésta se podría llamar la “zona
desastre”. Corresponde a las aceitunas molturadas a partir de mediados de
febrero. La cantidad molturada es pequeña y además la calidad es muy baja. Es
la zona donde se disparan los gastos ya que se tiene a todo el personal
contratado a la espera de la limpieza.
Deberíamos empezar a modificar
estas curvas para que la curva de molturación se parezca lo más posible a la
curva de calidad. Esto haría que los gastos disminuyeran, la calidad aumentara
y como consecuencia, el cultivo fuese más rentable.
Ahora que tan de moda están los
grupos cooperativos, deberíamos fijarnos un poco en Oleoestepa. Sus
cooperativas son las que más alto liquidan las aceitunas a sus socios. Eso sí,
la casi totalidad de la aceituna viene del árbol y antes de final de año ya han
terminado la recolección. No vamos a llevarlo tan al extremo porque ellos
llevan más de 20 años trabajando con esa filosofía, pero YA deberíamos empezar
a dar los primeros pasos.
Para ir consiguiendo algunos
resultados se tiene que terminar con algunos falsos mitos y algunas prácticas
erróneas que siguen estando a la orden del día…
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“Esperar a que llueva para que la aceituna pese
más”. Este es un error que se sigue cometiendo constantemente. Es cierto que si
llueve la aceituna pesa más, pero porque se ha “inflado” de agua. Nosotros
vendemos aceite y no agua, así que lo único que se consigue es que salga mayor
cantidad de alperujo y tengamos un mayor gasto en transporte a la orujera
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“Recoger la aceituna tardía para que tenga más
rendimiento”. Este es otro falso mito que está a la orden del día. La aceituna
tiene un periodo en el que va aumentando la cantidad de materia grasa, pero
esto llega un momento que se para y ya no produce más. Con el paso del tiempo
puede aumentar el rendimiento por pérdida de humedad, pero la cantidad de
aceite va a ser la misma sólo que de menor calidad y, por tanto, de menor
precio. E incluso, lo más normal es que el fruto termine por caer al suelo.
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“Empezar la recolección siempre el mismo día”.
Estamos hartos de escuchar a algunos agricultores decir “yo siempre empiezo
después de la Purísima” o “Yo hasta primeros de año no cojo ninguna aceituna”.
Pero… ¿Por qué? Ningún año es igual a otro, ni la aceituna madura siempre
igual. Tendremos que mirar por la calidad del fruto y por la calidad del
producto final y no por unas costumbres arcaicas y desfasadas.
¿Qué se consigue con todo esto?
Lo primero y más importante que
conseguimos es rentabilidad en nuestros olivares, además conseguimos equilibrar
las cosechas, equilibrar los gastos, equilibrar el desgaste de las máquinas,
equilibrar los consumos de energía, reducir el periodo de recolección y los gastos
que ello conlleva y, por último, pero no por ello menos importante, conseguimos
prestigio para nuestra Cooperativa.
Os animo, por lo menos, a pensar
en estos pequeños argumentos que os he expuesto. El futuro de nuestros cultivos
está en nuestras manos. Y un buen primer paso puede ser adelantar la fecha de
recolección en pro de la CALIDAD y la DIFERENCIACIÓN.
Un saludo y muchas gracias.
Francisco de P. Navas Gómez
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