Desde la
antigüedad, se conoce que la fertilización incrementa la producción y esto conlleva,
con cierta frecuencia, a una fertilización de máximos (de cuanto más mejor),
acompañado de un escaso control y nulo conocimiento de las necesidades reales
del olivo.
Es
importante recalcar que esta mala praxis de fertilización está provocando
problemas medioambientales debidos a la lixiviación de nitratos, la
eutrofización de aguas (proliferación de algas) y las emisiones de gases del
efecto invernadero, además de un gasto innecesario que no repercute en un
incremento equivalente de la producción.
Mejorar
estas malas prácticas es
relativamente fácil y supone para el
agricultor un mayor rendimiento económico y un menor impacto medioambiental.
La nutrición
del Olivo
En olivo
es un ser vivo que: nace, crece, se reproduce y muere. Igualmente, requiere de
una nutrición a la medida de cada momento y siempre equilibrada y completa. Para
esto, se precisa:
·
El conocimiento del suelo donde habita, desde un
punto de vista físico, biológico y químico. Este estudio requiere de un análisis
del que nos aporta conocimientos imprescindibles para una fertilización
racional. Un análisis de suelo completo tiene un coste de 40€ y puede aportarnos
información del suelo de una parcela hasta 10 hectáreas. La toma de muestras la
puede hacer el propio agricultor, según un procedimiento fácil de seguir, y es
conveniente realizarlo con una frecuencia repetitiva de cada 4-5 años.
·
El conocimiento del estado nutricional del olivo o,
lo que es lo mismo, conocer si el olivo presenta alguna carencia o demasía de algún
elemento es fundamental. Esto lo podemos conocer realizando un análisis foliar
a las hojas del olivo que nos permite hacer correcciones puntuales durante el
año agrícola, minimizando así el efecto de la Ley de Mínimos de Liebig. Un
análisis de hojas completo cuesta 40 € y cubre parcelas hasta 10 hectáreas.
La toma de muestras la puede hacer el propio agricultor, según un procedimiento
fácil de seguir con una frecuencia de análisis anual por parcela.
·
Igual de relevante es conocer la extracción de
nutrientes por cada tonelada de aceituna. Sabemos que por cada Tm. de aceituna
salen del suelo:
-
De Nitrógeno: 15-20 kg / Tm de aceituna
-
De Fósforo: 4-5 kg / Tm de aceituna
-
De Potasio: 20-25 kg/ Tm de aceituna
Es importante tener en cuenta estas cantidades para
reponer la fertilización cuando sea necesario.
Con todos estos
datos, y a un coste mínimo, es posible realizar una fertilización equilibrada, con
conocimiento de causa y con retorno económico asegurado.
Las
plantas no comen: beben
Es muy
importante tener claro este concepto. Las plantas no comen, beben. Por tanto, los
nutrientes que las plantas necesitan para alimentarse lo extraen del suelo o
del abono que se les aporte (a través del mismo suelo o vía foliar). Estos
nutrientes son:
·
Los Macronutrientes: Nitrógeno (N), Fósforo (P),
Potasio (K), Carbono(C), Hidrógeno (H), Oxígeno (O).
·
Nutrientes secundarios: Calcio (Ca), Magnesio (Mg),
Azufre(S).
·
Los micronutrientes: Boro (B), Hierro (Fe),
Manganeso (Mn), Zinc (Zn), Cobre (Cu), Molibdeno (Mo), Cloro (Cl).
En total ascienden
a trece elementos que la planta necesita. Aunque estos nutrientes suelen
encontrarse en la propia tierra, en la mayoría de los casos no están a
disposición de las platas ya que se encuentran en estado sólido y la planta
únicamente puede absorberlos en forma soluble.
Esquema básico de la nutrición de los
cultivos. Foto.
Guía de la fertilización racional. Ministerio de Medio Ambiente
En
cualquier caso, la nutrición por vía foliar siempre puede ser complementaria a
la nutrición a través de las raíces, ya que es muy adecuada para corregir la carencia
de microelementos en una mínima cuantía.
De otro
lado, la fertilización racional debe conjugar la utilización de fertilizantes
orgánicos y minerales, ambas complementarias la una de la otra. Los orgánicos,
aunque también aportan nutrientes, actúan principalmente mejorando las
propiedades físicas y químicas de los suelos y su actividad biológica. Los
minerales, en cambio, aportan la mayor parte de los nutrientes que la planta
precisa.
Igualmente,
se deben incorporar al suelo todos los recursos orgánicos que estén al alcance
del agricultor, como restos de poda, estiércol, purín, compost, etc. Todos estos recursos se deben incorporar al
suelo en cantidades adecuadas. La materia orgánica previene la mineralización
del suelo y aporta una cantidad de nutrientes a considerar, minimizando así la
aportación de abonos minerales. Estas aportaciones anuales serán tenidas en
cuenta a la hora de practicar el abonado mineral.
¿Por qué son necesarios
los análisis foliares?
La Ley de Mínimo de Liebig (año 1840) explica que el rendimiento de la
cosecha está determinado por el elemento nutritivo que se encuentra en menor
cantidad (en carencia). Un exceso en cualquier otro nutriente, no puede compensar la
deficiencia del elemento nutritivo limitante. Este es el motivo principal por
el que el procedimiento de abonado del olivo tiene que ser obligatoriamente
equilibrado y por el que se tiene que controlar, con análisis foliares anuales,
el contenido y equilibrio de los macro y micro elementos del olivo.
Ley de Liebig del mínimo elemento: Esto implica que, si un solo nutriente es
deficiente, el rendimiento de la cosecha estará limitado por ese nutriente,
incluso si todos los otros nutrientes se encuentran disponibles en cantidades
adecuadas. El resto de elementos
minerales son absorbidos principalmente por las raíces de la solución del suelo
y los microelementos se pueden aplicar y absorber por las hojas.
Foto. Fertiberia
Con frecuencia muchas marcas de abonos suman
a sus fórmulas (tipos) la palabra: ‘equilibrado’. Esto está mayoritariamente
ligado al marketing de venta. La
fertilización equilibrada es aquella que el agricultor diseña en base a la
analítica foliar de sus olivos y de las extracciones producidas por la producción,
teniendo en cuenta el tipo de suelo, su disponibilidad de nutrientes y la
pluviometría, en relación a la disolución presente en el suelo.
El mismo cultivo requiere diferentes
tasas de aplicación de fertilizantes en diferentes lugares y en diferentes
momentos ya que, por ejemplo, el rendimiento potencial puede variar, de un año
a otro, debido a cambios en el suelo (exceso de fertilizantes, fertilizantes
residuales no absorbidos por la planta, falta de nutrientes etc.). A esto
también podemos sumar cambios en la disponibilidad de agua, el clima y otros
factores. Un número importante de
suelos tienen una pobreza natural que exige la incorporación sistemática de uno
o varios elementos nutritivos para ser considerados cultivables y permitir la
implantación y desarrollo de los cultivos.
Así, el
abonado foliar es un complemento del abonado en suelo. La planta tiene
necesidades nutritivas en momentos determinados de su ciclo vegetativo, es
decir, necesidades instantáneas e intensas durante los cuales las reservas
movilizadas del suelo pueden ser insuficientes y se pueden atender con el
abonado foliar.
A
continuación, mostramos la relación de nutrientes del olivo y la forma química
en que el olivo los sustrae:
Foto. Guía abonado
Medio ambiente
Ejemplo de
un análisis de suelo
Ejemplo de
un análisis foliar de olivar
Fecha |
Revisión |
Tema |
Realizado |
Autorizado |
Abril2020 |
1 |
Olivicultura / Fertilizacion |
J.L.C.S./F.N.G.
|
C.Cooperativa Virgen
de la Sierra DE Cabra |
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