Es el motor hidráulico
instalado en la pinza el que convierte
la presión hidráulica que recibe de la bomba hidráulica en rpm del contrapeso y
produce la frecuencia de vibración (nº
de vibraciones/ seg.), una fácil
regulación es muy adecuado.
Durante el funcionamiento se puede adaptar en el sitio la
intensidad de la vibración en función del diámetro del tronco y tamaño del
olivo, como regla se puede establecer, que según se agarre la pinza al tronco
más cerca del suelo o más lejos, se transmitirá al olivo más o menos fuerza;
conforme la pinza está más cerca del suelo la amplitud ( desplazamiento) de la vibración
es mayor y hay mayor consumo de potencia; si se coge el tronco más arriba hay una mejor
transmisión de la frecuencia ( nº de vibraciones / seg.) a las ramas y un menor consumo de potencia.
Se ha estudiado el tiempo óptimo vibrado en algunas
variedades muy extendidas en Andalucía como ‘Picual’ y ‘Hojiblanca’. Según el
ensayo de Kouraba (t.d.2005), el tiempo óptimo para el derribo d de la aceituna
susceptible
de ser derribada, se establece en 14 s al principio de la campaña y
10-11 s al final de la misma.
Las conclusiones
estadísticas de los ensayos prácticos
realizados y medidos nos dicen:
·
La
eficacia en el porcentaje de derribo se incrementa desde el a inicio de campaña, hasta el al final.
·
Los
porcentajes de derribo y tiempo de vibrado óptimo están relacionados con la
estructura del árbol, fuerza de
retención del fruto y con el Índice de maduración.
·
Asimismo,
se apreció que es preferible aplicar dos vibraciones cortas de 7 seg. cada una
al principio de campaña y dos de 5 seg. al final de campaña, que una sola vibración continuada de 10-14 segs.
·
Como
el equipo puede girar en los dos sentidos, en cada vibración sucesiva se
cambiaba el sentido de giro de las masas del vibrador.
Por lo tanto, queda claro una vez más que con dos vibraciones
de 5-7 seg. cada una es suficiente para
derribar casi toda la aceituna susceptible de ser derribada, siendo totalmente
inútil prolongar la vibración.
La primera vibración de 5 -7 seg. derribó sobre el 69% de los frutos, la segunda subió el
porcentaje al 81%, lo que supuso un incremento del 12%, siendo ya indiferente
aplicar una o dos vibraciones más. Por lo tanto se puede concluir que con dos
vibraciones de unos 5-7 seg. cada una es suficiente para derribar la casi
totalidad de los frutos susceptibles de ser derribados.
El Porcentaje de Derribo con el sistema de dos vibraciones de
5-7 segundos cada una es superior al
obtenido con una vibración continua de 10-14 segundos.
El parámetro más importante es la combinación
frecuencia-amplitud que varía entre 10 y 25 mm de pico a pico y 700-1700 ciclos
por minuto ( rpm).
Porcentaje acumulado de
derribo de aceituna
·
Los
frutos que quedan en el árbol tienen más fuerza de desprendimiento que los frutos que se caen
durante la vibración.
·
También
se observa que las aceitunas maduras y con un mayor tamaño se cayeron las
primeras.
La aceituna que queda en el árbol después de cada vibración
es menos madura y con peso inferior.
·
El
porcentaje de derribo más alto se obtiene en el árbol que presenta el menor valor de la fuerza de
retención del fruto.
·
Este
comprobado que la potencia demandada por el vibrador aumenta conforme lo hace
el diámetro del tronco del árbol y con la disminución de la altura de agarre.
También se sabe que hay una mayor
transmisión de la vibración conforme aumenta dicha altura.
Se ha observado que cuando aumenta la altura de la cruz se
produce una mejor vibración del árbol, se transmite mejor las vibraciones a las
ramas principales y un mayor porcentaje
de derribo, sin provocar daños en la corteza, una cogida alta de la pinza al
tronco favorece la transmisión de las
vibraciones al olivo.
Cuando hay aumento de la altura de la cruz hay mayor % de derribo, esto es cierto
mientras el diámetro del tronco sea inferior
a 45 cm , a partir de ese diámetro la
altura de la cruz no afecta al % de derribo , puede intervenir la mayor
dificultad de agarre del vibrador con troncos gruesos.
Cuando hay aumento de diámetro hay menor % de derribo.
Lógicamente, la segunda vibración incide sobre aceitunas que
no se cayeron durante la primera vibración, y que aún son susceptibles de ser
derribadas. El periodo de arranque con el
paso por la frecuencia de resonancia con una mayor amplitud es la causa fundamentalmente, ese derribo.
La relación entre la Fuerza de Retención del Fruto antes del
vibrado y el Peso antes del vibrado (FRFa/Pa), disminuye conforme avanza la
maduración de aceituna. Se observan que quedan
aceitunas en el árbol con baja Fuerza de Retención que se sitúan en ramas muy
colgantes en las cuales la vibración se transmite mal. Estas aceitunas en ramas verticales serian
derribadas.
Se observa que El Porcentaje de Derribo aumenta con la
maduración de la aceituna.
Durante los ensayos se ha observado que el mejor agarre de la
pinza y transmisión de la vibración se consigue con un diámetro medio de tronco
de 20 a 35 cm.
Organización
Esquema de trabajo
·
4 personas que
realizan el movimiento de mallas y la recogida de la aceituna (se utilizan 10
mallas por vibrador).
·
2 personas para el vareo complementario. Para
no dejar aceitunas sobre el árbol, se practica
un vareo complementario. Esta operación se ve favorecida por el hecho de que
los frutos quedan agrupados en zonas localizadas a las que no llega la vibración o lo hace mal.
·
1 tractorista que
lleva el vibrador y es ayudado en las maniobras de agarre y suelta del pie por
uno de los anteriores.
·
1 tractorista que
lleva una pala frontal y va cargando la aceituna de las mallas.
·
1 tractorista
para llevar la aceituna a la almazara
·
1 encargado
Total 10 personas
Comentarios
El tamaño de los árboles influye considerablemente en la eficacia de la Vibración. Con árboles pequeños o medianos formados y podados adecuadamente se obtienen altos porcentajes de derribo, pero, a medida que el tamaño de los árboles aumenta, la eficacia de la vibración disminuye. Es decisivo el factor estructura de la planta. En árboles de porte erguido se consiguen mejores eficacias que en los de forma redondeada y péndula, ya que la vibración llega con mayor eficacia a las ramas erguidas que a las horizontales, a las péndulas y a las que, para llegar a ellas, hay que pasar por cambios bruscos de dirección. Hay que tener claro que los árboles de un solo tronco presentan ventajas sobre aquéllos formados en varios pies por su mayor facilidad para las maniobras de aproximación y agarre de los troncos. Es por lo que en árboles de varios pies se hace necesario reducir el número de ellos.
Para conseguir volúmenes de copa
aceptables (40-50 m3) y de porte erguido se recurre a la poda. Los árboles se
deben formar con un solo tronco, con las primeras ramificaciones a una altura
que facilite la maniobra de agarre de la pinza vibradora. El número de ramas
principales no deberá ser alto, pues con ello se ocasionaría una inclinación
excesiva de las mismas. Las ramas de órdenes inferiores lo más rectas posible,
sin cambios bruscos
de dirección y cuya inserción en las
ramas de orden inferior no formen ángulos muy abiertos. Se eliminarán las ramas
péndulas y las horizontales de longitud excesiva deberán acortarse. Con ello se
consigue mejorar la visión del tronco, lo que, además de facilitar el agarre
del tronco con la pinza de la cabeza vibradora, aumentará tanto la eficacia de
la vibración como el número de olivos vibrados por jornada de trabajo.
En cuanto a la densidad de las
plantaciones y el tamaño de los árboles, se ha de tener presente que los
potentes vibradores de tronco actuales necesitan amplios espacios de maniobra,
y que su rendimiento horario en pies vibrados no estará prácticamente afectado
por pequeñas diferencias de distancia entre árboles. En cualquier caso se
obtendrá una recolección más económica con árboles de mayor tamaño y
producción, con la lógica relación inversa entre el tamaño del árbol y la
eficacia de derribo, dado que por cada actuación de la máquina se recogerá
mayor cantidad de fruto. Se aconseja marcos de 8x8.
En este sentido serán aconsejables,
dentro del elevado número de árboles de las nuevas plantaciones intensivas,
densidades no muy altas, para que, sin pérdida apreciable de la producción por
unidad de superficie, se disponga del tamaño de árboles y espacios de maniobra
apropiados a una económica mecanización de la recogida. Hoy se cree que sobre 200 plantas por hectárea pueden
proporcionar las condiciones adecuadas. Ello supondría unas distancias entre
plantas de 7-7 m. y un volumen de árbol de 40 a 50 m³.
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